NUESTROS CLIENTES Y LA CALIDAD

Además de un componente decorativo, el objetivo último de la pintura industrial es su funcionalidad protectora (anticorrosiva, de desgaste, de resistencia a UV, etc). El recubrimiento de un metal es un proceso no exento de complejidad, ya que el éxito de su cometido depende no solo de él mismo sino de las características y condiciones en las que se encuentre el material a recubrir.

Los metales tienen unas propiedades físicas muy diferentes según sus calidades y sus funcionalidades. Además, el trato que reciben antes de ser recubiertos con pintura industrial, los hace más o menos vulnerables a la oxidación.

Esto conlleva disponer de un estricto control de calidad que empieza, por el conocimiento del metal a recubrir y los tratamientos tanto físicos como químicos que puede recibir antes de ser pintado (granallados, forjados, electrozincados, galvanizados, aceitados, estampación, aplicación de taladrinas, etc).

Los requerimientos de las piezas metálicas con las que trabajamos en SIMEYCO requieren, asimismo, planes de control robustos y sólidos en nuestros procesos, que garanticen que la pieza sale de nuestra línea cumpliendo todas las exigencias para su correcto funcionamiento.

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Estos procesos son diseñados junto con nuestros clientes y les hacemos partícipes de los resultados de los mismos, para que la confianza y satisfacción sean máximas.  Se trata de pruebas de medición de espesores, pruebas en cámara de niebla salina, control visual de atributos, cross-cut, entre otros, que todos ellos aseguran un férreo control sobre las piezas. Así, disponemos de certificado UNE-EN ISO 9001.

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